24 de abril de 2016

Rarezas

Rarezas




Desandado el camino, decidió avecindarse en la mesa de una cantina.

Y después de doce años... el dinosaurio volvió.

Y nunca se previno, por eso siguió de frente. 

Y después de andar cientos de metros, se dio cuenta que era el camino equivocado.
¿Y después...? Ya nadie se acordó de él.

Y después del cuarto,... el adiós.

Y después de tanto tiempo, llegamos al punto final.

Contamos cuarenta y tres. ¿Cuántos más hay que agregar?





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